Para evitar ser encarcelado por la inquisición, Pedro Albarán se embarca hacia el nuevo mundo y termina en Costa Rica, tan solo porque se lo han descrito como "un lugar apacible y tranquilo, bastante desplobado, con un clima agradable". Pronto descubre que Costa Rica si bien despoblada no es nada tranquila. Con admirable energía Lobo revela la prolífica vida de la ciudad colonial de Cartago, capital de Costa Rica en épocas de la colonia. Si bien Asalto al Paraíso puede considerarse una crítica al colonianismo y sus crueldades, no es solo eso. Pues en la descripción de su atolondrado héroe, Lobo lleva su novela mucho más allá de la polémica, hasta los dominios del arte.