En una fría noche de invierno, el sonido del teléfono despierta a la periodista Annika Bengtzon: el estadio olímpico de Estocolmo ha saltado por los aires. En el lugar de los hechos de policía encuentra el cadáver descuartizado de la presidente del comité olímpico sueco. El atentado es muy grave, pues pone en entredicho la seguridad de los próximos juegos olímpicos de verano. Annika, jefa de la sección de sucesos de un importante diario vespertino, es encargada del seguimiento del caso. Para llegar al fondo del asunto, la joven debe familiarizarse con las historias y las motivaciones de todas las personas implicadas, empezando por la víctima, que no resulta ser como parecía a primera vista. Por otro lado, su manera de hacer provoca las envidias y el rechazo de sus subordinados, un mundo de hombres en el que ha de aprender a imponerse. Y por si no tuviera suficientes dificultades, le atormentan los remordimientos de una mujer que quiere compaginar familia y trabajo, que quiere llegar a todo y parece no llegar a nada.