¿Cuándo decidiste ser escritor?

No sabría muy bien qué fecha o momento de mi vida escoger. Siempre he pensado que no se trata de una decisión. ¿Ser o no ser escritor?, no creo que sea ésa la cuestión y el cuándo resulta algo complicado de determinar. Por lo menos para mí. Posiblemente tuviera que decir, que desde siempre me he sentido impulsado a expresar mis ideas y a intentar buscar respuestas a través de la literatura. No sé si antes de ser escritor, fui lector o justamente mi necesidad de crear historias; personajes, lugares, situaciones y tramas, me llevaron a investigar lo que otras personas habían hecho en el pasado. Si tengo que ser sincero; ser escritor no es un estado, sino, un proceso. Una persona muy importante en mi vida; mi madre, me enseñó que en las palabras se pueden encontrar grandes misterios y sobre todo, nos pueden ayudar a crecer como personas. En la misma medida en que aumente mi necesidad de convertir en literatura todo aquello que mi imaginación esconda, me iré convirtiendo en escritor. Pero es, sin lugar a dudas, un largo viaje. Ser escritor equivale para mí a lanzarse en paracaídas; sabes de qué altura saltas, pero nunca en qué lugar y mucho menos cómo aterrizarás una vez tus pies toquen tierra. El cuándo no tiene la menor importancia, siempre es un buen momento para sacudir de arriba abajo la imaginación y extraer del tintero, todas aquellas narraciones que permanezcan dormidas en nuestras mentes. ¿Cuándo decidí ser escritor? La vida decidió por mí, yo sólo me dejé llevar. ¿Dónde aterrizaré? No lo sé y justamente eso es lo que más me gusta.

¿Qué tipo de novelas son las que más te gusta escribir?

Sin duda alguna, cuanto más misterio tenga la novela y más profundidad muestren los personajes mejor. La novela negra, el thriller psicológico, las narraciones de fenómenos paranormales o incluso las existencialistas me fascinan. Pero no suelo encuadrar mis historias en una temática; una buena narración tiene que ser como un buen cuadro, representar la realidad -aunque sea ficticia- con la mayor complejidad que nos sea posible y guardar un equilibrio entre las diferentes voces. Y las emociones son esas voces; hay que vigilar con los excesos y con los ángulos que utilicemos. La medida justa es lo que hace que una novela me susurre; ¡escríbeme! El mundo que nos envuelve tiene mucho que ofrecer y esconde historias increíbles en la rutina más aburrida; sólo necesitamos saber observar y escuchar. Me gusta escribir obras, que puedan ser una realidad. Aunque la última palabra la tiene el lector y, ¿quién soy yo para llevarle la contraria? Todos interpretamos lo que leemos y es un derecho inherente a nuestra capacidad de imaginar.

¿Cuál ha sido tu último libro?

Mi último libro ha sido “El Principio de un tiempo”, una historia que ha llevado a muchas personas a encontrarse con ellos mismos; con secretos que desconocían u ocultaban. Nunca sabes hasta qué nivel puede influenciar una historia a un lector, ni tampoco en manos de quién acabará o dónde. Mi libro a viajado más que yo, lo que me hace tenerle cierta envidia.

¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir tu último libro? ¿qué te inspiró?

Un sueño. Cuando soñamos todos los límites se diluyen; al dejarnos llevar y, cuando dormimos nos es mucho más fácil hacerlo, las barreras no existen y sin necesidad de buscar solemos construir historias increíbles. Al despertar, en caso de guardar algún recuerdo, sólo conservamos pequeñas imágenes, sensaciones y en el mejor de los casos algunas palabras. Suelo soñar mucho. Acostumbro a tener noches muy ajetreadas, y pensé; ¿por qué no aprovecharlo?.
Recuerdo perfectamente que era verano, hacía calor y pocos días antes había asistido como Audiencia Pública a un caso de malos tratos y de agresiones reiteradas. Así que, al dormir la realidad se mezcló con mi imaginación y al despertar tenía claras unas cuantas cosas; sabía de qué iba a hablar y qué personaje iba a presentar al lector. Sólo me faltaba lo más importante; empezar a trabajar sin descanso. Un año después tenía la novela terminada y la sensación de dejar tras el punto final una parte de mi vida. Aunque no es autobiográfica, los personajes de “El Principio de un tiempo” forman parte de mí y durante meses fueron compañeros de confidencias. Al final un libro se acaba convirtiendo un fragmento del alma de quien lo escribe; y sin duda eso significa expresar en palabras mucho más que una simple historia... una vida entera.

¿Qué personaje de tus novelas es al que le tiene más cariño? ¿Por qué?

Resulta curioso escoger ya que a todos les tengo cariño. Si tuviera que elegir únicamente a uno, posiblemente al primero que di vida. Hace unos años, cuando aún no tenía muy claro qué hacer en mi futuro, sentí la necesidad de empezar algo que fuera más grande que un relato y comencé a redactar los primeros capítulos de una novela. Una obra que nunca verá la luz, posiblemente porque tiene más aspectos de catarsis emocional que de literatura y considero que es demasiado íntima para darla a conocer a alguien que no sea una persona cercana a mí. Curiosamente fue en esta novela donde creé a Luca; un criminólogo y policía, que se ve inmerso en una endiablada encrucijada. Busca la verdad sin reparar en su coste y a veces éste puede ser demasiado elevado. En ese entonces quería ser médico y no criminólogo, pero posiblemente mi inconsciente se adelantó. Y no hace mucho, releyendo la novela que dio vida a este personaje, éste me enseñó una gran lección que nunca olvidaré; a veces nos perdemos y tenemos que recorrer un largo camino para reencontrarnos. Debo reconocer que Luca es un reflejo de mi personalidad; cuando él hablaba en la historia, hablaba sobre mí y uno mismo se puede mentir, pero sus personajes suelen prescindir de camuflar la verdad para no hacernos daño. A Luca le tengo especial cariño, porque me ayudó a dar vida a muchos otros personajes.

Algunos creen que la vida de los escritores se reflejan en su obras ¿qué parte de ti se ha quedado en la novela?

Es muy complicado evitar que una parte de ti y de las personas que te envuelven quede grabada en tus historias. Cuando buscas escribir una historia te inspiras en una serie de elementos y siempre es más sencillo e incluso más aconsejable acogerse aquéllos que conoces con profundidad. Tu vida y altibajos emocionales de forma indirecta repercuten en las vidas de aquellos personajes con los que guardas un vínculo más cercano. Hay historias que se extralimitan y son autobiográficas, hay otras que por el contrario, aunque parten de la ficción suelen recoger recuerdos y vivencias para hacerla más real. Para hablar de amor debes haber sentido el amor. Para hacer una historia de fantasmas y despertar miedo en los lectores, debes saber cómo se siente alguien que en alguna ocasión ha estado apunto de morir de un susto. Puede que mi respuesta sea un poco exagerada, pero si alguien quiere conocer a un escritor, que lea sus obras. Pero, siempre se debe ser consciente de la frontera que hay entre la historia y la ficción. Escribir sobre un asesino en serie no significa necesariamente que el escritor sea uno de ellos, simplemente que se ha sentido atraído por temas policíacos y, eso ya dice mucho de la personalidad, de quien se sienta delante de una hoja de papel para plasmar cuanto lleva guardado en su mente. También hay que prestar atención a las mentiras que el escritor pueda haber escrito intencionadamente, para envolver al lector en un verdadero galimatías. Somos animales extraños que inventamos historias a través de nuestras propias vidas y experiencias, y también mentimos como cosacos para divertirnos. La literatura es un proceso; como tal hay periodos de realismo asfixiante y otros de delirios fantásticos. Entre el blanco y el negro se encuentra la respuesta. Una novela no es la vida del autor, pero sí que es una buena puerta para conocer mucho sobre cómo es quien escribe. Y más que su obra su conexión con los personajes. Cuando escribo y caracterizo a un personaje; lo bautizo, los describo físicamente-psicológicamente y por último decido sobre una cuestión vital: ¿Morirá o vivirá? Si uno está atento a todos estos elementos y se interroga por todos los porqués posibles, sabrá de qué pie calza el escritor.

Si pudieras escoger sólo un libro ¿Cuál escogerías?

Es complicado escoger un libro entre tantos que he leído. Pero, aunque me encanta Edgar Allan Poe, Fiódor Dostoyevski, Hermann Hesse y Arthur Conan Doyle, un libro que marcó mi vida y adolescencia fue “La Sombra del Viento” de Carlos Ruíz Zafón. Tal vez no sería un justo ganador; pero a veces no son las palabras expuestas ni la complejidad de las novelas escritas, sino, por el contrario las emociones transmitidas las que cambian el resultado en un último momento.

¿Qué nos puedes contar sobre tu próxima novela?

Será una historia policíaca y una colección de misterios, incluso para mí. Los personajes y sus pasados deambulan por mi mente, y por el momento tengo un largo verano por delante lleno de zambullidas en el tintero. Cualquier otra cosa que pueda decir, sería innecesaria. Una obra habla por sí misma; por ello, os invito a leer mi primera novela y esperar la segunda.