¿Cuándo decidiste ser escritor?

Recuerdo que comencé a leer antes de ir al colegio. Supongo que escribir fue una consecuencia lógica, un efecto secundario. A los 10 años escribía historias de piratas y aventuras imitando a Salgari y a Verne durante las clases de matemáticas, lo que no me impedía ser el primero de la clase. He probado todas las experiencias posibles: pintura, poesía, teatro, ebanistería... Me siento muy creativo. Pero también muy consecuente con mis principios. Hasta los treinta y algo no decidí que mis textos tenían la madurez suficiente para intentar publicarlos. Los de mi generación llevaban diez años publicando pero yo necesitaba madurez para ello.

¿Qué tipo de novelas son las que más te gusta escribir?

Me gusta sentir lo que sienten los personajes. Miro dentro de ellos siempre. Aparte de esto, el género no es importante. Leo de todo. Quizás escriba más sobre lectores, sobre escritores, sobre artistas. Me gusta ese personaje a quien el arte (los libros, la pintura, el cine) ha cambiado la vida.

¿Cuál ha sido tu último libro?

El último publicado es "La muchacha con nubes en los ojos", una novela corta que escribí hace 9 años y que llevaba 9 años en un cajón. Surgió la oportunidad de publicarla con Ediciones En Huida, una interesante editorial sevillana que antes sólo publicaba poesía y aproveché la oportunidad. El protagonista es un chico sencillo de un pueblo alejado de todo que sueña con ir a Nueva York a convertirse en poeta. Creo que la elección de la editorial ha sido más que acertada y está teniendo una aceptación notable.

¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir tu último libro? ¿qué te inspiró?

Yo comencé escribiendo poesía, como supongo que hacen todos los escritores, y este personaje que quiere ser poeta es un yo olvidado que guardaba dentro. Uno comienza escribiendo poesía porque se enamora de las letras en sí mismas, de la belleza como ente, y olvida que las palabras cuentan historias, que aparte de la estética hay una ética narrativa. Por eso después volví a escribir narrativa pero aquel yo poeta sobrevivía en mi subconsciente pidiendo protagonismo, y se lo di en "La muchacha con nubes en los ojos".

¿Qué personaje de tus novelas es al que le tiene más cariño? ¿Por qué?

Creo que León Matosas. Fue el protagonista de mi primera novela adulta y creo que un reflejo del yo que ansian todos los escritores. León es un hombre nacido de la nada, criado en un barrio pobre que triunfa en la universidad y lo deja todo para regentar una librería de lance donde no entra nadie. Pasa los meses y los años leyendo libros usados, clásicos sobre todo, y se enamora de la literatura. Tiene algo de realismo mágico porque descubre que tiene un don: todo lo que escribe se convierte en realidad. Un reencuentro fortuito con su amor de la infancia le hace plantearse si es lícito usar ese don en su propio provecho.

Algunos creen que la vida de los escritores se reflejan en su obras ¿qué parte de ti se ha quedado en la novela?

En todas mis novelas hay algo de mí. Cuando un personaje duda, sé de qué manera duda porque yo he sentido antes ese temblor. Muchas de las experiencias de mis personajes las he vivido, aunque suelen estar tan diluidas en la trama o tamizadas por su personalidad que incluso para mis amigos son irreconocibles. Es parte de la magia de la literatura.

¿Qué opinas de los soportes digitales para la lectura?

Creo que la tecnología bien usada siempre aporta algo bueno. Tener mil libros en el bolsillo es positivo, nadie lo duda. Usarla mal como, por ejemplo, pirateando libros, puede hacer mucho daño a los autores y a las editoriales. Pronto tendremos libros digitales que aportarán algo más que la lectura, acceso a datos externos del autor, obras literarias a las que uno podrá añadir banda sonora, vídeos, la voz del autor... Todo es posible con la tecnología pero el romanticismo de abrir un libro de papel, de almacenarlo en nuestra atestada biblioteca de casa o prestarlo... Nada se puede comparar con esto. En cuanto a firmarte y dedicarte mi último libro... ¿digital?

¿Te relacionas con tus lectores a través de las redes sociales?

Sí, esa es una de las ventajas de la tecnología. Los eventos son más próximos, el público que se entera de tus novedades es mayor y las opiniones más inmediatas. Cuando publicaba el blog "Diario de un feo recién divorciado", con cuatro o cinco capítulos semanales, las opiniones de los lectores llegaban a los pocos minutos. Esto, en el proceso creativo, es un factor a tener en cuenta. Ayuda mucho.

¿Cuál ha sido el último libro que has leído?

Un clásico. "Safo" de Alphonse Daudet. Creo que siempre hay que revisitar a los clásicos porque aún pueden aportar mucho y ahora la narrativa es un poco más mediocre. Los clásicos son los maestros y Daudet es un escritor que puede ser profundo como Dumas (hijo) y sarcástico como Tom Sharpe.

¿Quién es tu escritor favorito?

Esa sí que es una pregunta complicada. Me gusta la capacidad de Lope de Vega para generar comedias divertidas, los escritores ingleses que aúnan mordacidad y drama como David Lodge o Nick Hornby, los narradores todo-terreno que no tienen reparo en transgredir los géneros como Nerea Riesco, José Carlos Somoza o Félix J. Palma, la prosa de Benedetti y de Juan Ramón Jiménez, sin descartar su poesía... Sería interminable. Creo que amo todo, la Literatura con mayúsculas, sin más excepción que lo vulgar.

Si pudieras escoger sólo un libro ¿Cuál escogerías?

Tendría que tener una pistora en la sien para elegir. En ese caso me quedaría con "Rayuela". "Rayuela" es un libro que puede ser narrativo si uno sigue alguno de los dos caminos que Cortázar marcó para su lectura, pero también puede ser un libro poético si uno toma una página al azar y lo lee con pasión, degustando esa cadencia fonética que Cortázar gustaba de poner sobre el papel, jugando con sonoridades y significados, que es el fundamento de la poesía de verdad.

¿Qué nos puedes contar sobre tu próxima novela?

Aún no sé cuál será mi próxima novela porque suelo comenzar tres o cuatro proyectos, algunas veces dos a la vez, y descartarlos cuando llevo más de 100 páginas escritas porque no es hasta que llevo esas 100 páginas cuando acierto a valorar si la idea me apasiona como para dar unos meses de mi vida en su redacción. Por otra parte, tengo terminado un libro de relatos cuyo tema es el jazz y una novela terminada y corregida buscando editorial. Necesito, como todo escritor, una editorial con una buena distribución porque creo que puede llegar a muchos más lectores.