Más de 3,7 millones de empleos destruidos en seis años y con perspectivas que apuntan a que hasta 2030 no recuperaremos un mercado de trabajo como el que teníamos en 2006. Y sólo si las cosas se hacen bien. Algo que por ahora no está ocurriendo. Seguimos sin hacer bien los deberes: la deuda pública continúa creciendo, la política fiscal mantiene un incomprensible castigo al ahorro y la reforma laboral es insuficiente.

¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué a pesar de las decisiones tomadas por los últimos gobiernos españoles seguimos dando tumbos? Porque los diagnósticos de la crisis no han sido buenos y, en consecuencia, los remedios aplicados han sido ineficaces.