Se sentía como una presa, perseguida por su cazador. No entendía qué hacía en aquel lugar, tan lejos de su casa. Un susurro, pidiendo ayuda, fue el principio de su conexión con él, el líder de los ladrones que debía entregarla a su futura asesina.

¿Y qué iba a hacer ella, sino responder a su llamada?

"Hola, guapa" saludó él. "¿Estarías dispuesta a ayudarme, amor?"

Ésta es la historia de una obsesión tan profunda, que desafiaría al poder supremo de la maldad y tan atrayente, que sería imposible escapar del tormentoso fuego que los consumía. No es el típico relato fantasioso de todo cuento de hadas, ella detestaba el amor meloso, lleno de perfección. Tampoco es una historia de brutalidad y humillación, ajena a todo tipo de cordura. Simplemente, es su propio relato. Porque cuando te obsesionas, al igual que ellos, sabes que has caído en un fuego profundo. Y en lo único que piensas, es en arder eternamente, consumirse y negar todo atisbo de salvación.