El libro que presentan estas líneas es, para un cazador, uno de los más entretenidos y útiles de cuantos puedan sujetar unas tapas.

Publicado por primera vez en 1875, su autor, Don Juan María J. P Gómez y Arjona reunió en él sus no escasos conocimientos sobre caza, y lo hizo en un castellano preciso y bienhumorado. Destacan en su lectura dos extremos: por un lado lo completo de la exposición, que primero estudia las distintas herramientas y útiles del cazador, luego las artes de caza menor y mayor, después de la de las volátiles, y finalmente de la pesca. El volumen queda redondeado con un apéndice legal de las disposiciones que regulaban la caza en su tiempo. Pero por otro lado, lo que constituye la singularidad del libro es el ser un tratado en prosa y verso, dispuesto en cuartetas y quintillas para la mejor aplicación de sus reglas. Acaso por placer, acaso para mejor recordar sus recomendaciones, que para eso se inventó la rima, don Juan María compone con desparpajo y ripios sus estrofas. Y es de ver cómo hasta de la más técnica instrucción puede hacerse un poema.