A mediados del siglo XXI la sociedad y la tecnología han evolucionado de forma sorprendente –o no tanto–. La brecha entre la Red y la Calle se ha ensanchado, separando un mundo de individuos integrados, pro-pro y cazadoras (de hombres), de otro de marginados y resistentes antisistema. Se trata de una sociedad en que la política se diseña cada día consultando encuestas instantáneas de opinión, en que el gobierno fabrica las noticias, en que los roles de los sexos han cambiado radicalmente: las mujeres son las protagonistas y los hombres, ya se sabe ¡tardan tanto en arreglarse!
En ese contexto, la regulación de las comunicaciones privadas es fundamental y en aras de la seguridad, el Estado ha incrementado exponencialmente su poder de intervención. La banda de El Gato pasa de ser un grupo más de revoltosos a interferir de forma intolerable en la puesta en marcha de la Séptima Llave, el sistema definitivo de control.
Entre atentados que parecen alucinaciones, secuestros y romances inesperados se desarrolla una trama apasionante, cuyo escenario es un Madrid reconstruido una vez más sobre la última catástrofe. Caso Gato es una novela policíaca y de aventuras, en la que nada es lo que a primera vista parece. Tampoco la novela: en su entretenidísima lectura está oculta la advertencia melancólica de que generaciones futuras harán una revolución que la nuestra sabe necesaria, pero que de momento sólo puede imaginar. Pero como escribió un antiguo poeta: Todo lo real tuvo antes que ser imaginado.