Cuando el crepúsculo del eclipse llegó tras la desaparición de los zafiros azules y la oscuridad del Mago Negro se cernió en el Reino del Alba, a la bella hada Laura aún no le habían crecido alas. Yendo a través de la senda se lanzó desde un gigantesco faro. Estas no se abrieron y Miguel se echó al mar a salvarla, pero ambos desfallecieron. Durante la senda un hechizante árbol flotando en las aguas la eclipsó. En su interior toda una leyenda, un libro blanco dorado con dos rosas entrelazadas, el código de las hadas. El duende negro alado marchó tras sus pasos mientras búhos, dragones y murciélagos la rodeaban.