Testimonio, escrito en forma novelada, sobre las violencias que el régimen del dictador Fidel Castro impone en las cárceles de mujeres de Cuba. La autora, que conoce por amplia experiencia el tema que trata, divide la obra en dos partes. La primera refiere historias reales de distintas presas políticas, entre 1960 y 1993, y es la que da título al volumen. La segunda, "Hay en mi corazón luces y sombras", mucho más autobiográfica, es, en palabras textuales de Cruz Varela, "mi tránsito personal por el infierno". Lo que aquí se trata de dar a conocer es el proceso sufrido por unas vidas robadas, unas existencias torcidas definitivamente por el capricho de un tirano y la aquiescencia de sus seguidores. Pero no es sólo eso, sino que, además, a cada víctima se intenta aniquilarla, psicológicamente para acabar con su rebeldía y espíritu crítico, y físicamente sometiendo su cuerpo a golpes, vejaciones y malos tratos para infundir terror y quebrantar la capacidad de resistencia. La descripción de estos hechos se realiza con sobriedad, aunque sin silenciar detalles sórdidos, y sin rencor hacia los verdugos. La raíz de estas posturas de perdón y comprensión reside en que todas las mujeres sobre las que aquí se escribe llevaban en su interior la fe en Dios, en su providencia y en la vida futura. Éste fue su apoyo, la razón de su confianza, que ninguna delación ni ninguna tortura pudo arrancarles.