Fueron más de 46.000 los divisionarios, españoles de toda clase y condición, que llegaron a formar parte de la División Española de Voluntarios, División 250ª o División Azul —que de las tres formas fue conocida—, en la letal campaña de Rusia durante la Segunda Guerra Mundial. Más del 50 por ciento de los voluntarios causaron baja entre muertos, heridos, congelados y enfermos, lo que coloca a la División Azul entre las unidades militares más aguerridas de la historia de España. Y sin embargo, la campaña de Rusia no consistió solo en unidades de choque, tiros, bombas, nieves y hielos; hubo también periodos de calma, se disfrutaron permisos en retaguardia y muchos voluntarios no llegaron a ver al enemigo en combate ni dispararon contra él. Hemos querido, por ello, abarcar estos aspectos de la campaña trayendo a colación testimonios que muestren la diversidad de unidades, de armas, de situaciones y personas que se dieron en esta División.