Denise Affonço trabajaba en la embajada francesa en Phnom Penh, la capital de Camboya, cuando los jemeres rojos tomaron el poder en abril de 1975. Affonço y su familia fueron deportados al campo, como la mayoría de los habitantes de las ciudades camboyanas; el régimen comunista había decidido instaurar un estado agrícola y todos los ciudadanos fueron obligados a trabajar la tierra. Los comunistas les prohibieron cosas como educar a los hijos, llevar gafas o ropa interior, quejarse... La dictadura comunista se prolongó cuatro años y durante este periodo la población tuvo que soportar hambrunas, enfermedades y ejecuciones sistemáticas. El régimen comunista segó la vida de la cuarta parte de los habitantes del país, cerca de dos millones de personas.