Elizabeth tiene catorce años y nos cuenta su historia a partir del momento en que "desaparece" su abuela. Recuerda que estaba en la cabaña familiar, con sus padres, a quienes odia. El hermano de su padre les hace una visita y tiene relaciones con ella. Por varios motivos Elizabeht desea la muerte de sus padres... y estos se ahogan un día que salen en bote con el tío. Este se salva. Elizabeth dialoga con una figura que se aparece en su espejo: Frances. Más adelante, Elizabeth descubre que Frances fue una bruja del siglo XVI, que se encuentra entre sus antepasados. La institutriz resulta ser también descendiente de la misma burja y trata por todos los medios que Elizabeth no siga el camino de la brujería. Fracasa, sin embargo, en todos sus intentos.... Se trata de una novela excepcional en su género. La atmósfera sobrenatural esta magistralmente creada, sin ningún toque burdo. No hay elementos sensacionalistas, pero mediante un manejo muy diestro de términos cotidianos ligeramente distorcionados, la autora logra producir un fascinante clima de morbosidad y corrupción.