La infancia puede ser un período excitante, lleno de nuevos amigos, juegos divertidos e imaginativos y diversos aprendizajes de nuevas habilidades. Pero también puede ser una época sumamente inquietante, sobre todo cuando los niños viven experiencias que amenazan sus sentimientos de seguridad y bienestar. Los acontecimientos de la infancia que por lo general se consideran traumáticos pueden llegar a afectar profundamente al desarrollo normal y saludable de los niños, a su autoestima y a sus familias. Hasta el momento, muchos problemas de comportamiento originados en acontecimientos traumáticos requerían años de psicoterapia o medicación. Ahora, con la aparición del método DRMO (Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento Ocular), asuntos como los malos tratos y la violencia se continúan afrontando con la misma contundencia, pero otros, como los problemas escolares o incluso la pérdida de un ser querido, tienden a considerarse en su justa medida e incluso pueden verse como parte inevitable del desarrollo normal en la infancia. Sin embargo, si estos incidentes provocan el desvalimiento o la impotencia en el niño, la nueva terapia debe entrar en juego y aliviar los sufrimientos resultantes.