En 1860, con sólo ocho y diez años, Lucy Strange y su hermano Thomas se quedan huérfanos. Su tío, el extravagante e irreverente Neville, se hace cargo de ellos y se los lleva a Londres, en donde empezarán una vida alejada del aroma y el color de la India, lugar en el que habían vivido hasta entonces y donde su madre se había topado con la muerte y su padre le había buscado enconadamente hasta conseguir salir a su nefasto encuentro. Todas estas vivencias quedan grabadas en la mente de la pequeña Lucy y cuando crece descubre que es posible plasmar por fin las imágenes que siempre había alojado en se cabeza y que guardaba en su cuaderno de Cosas especiales vistas, captar la luz y convertirla en memoria y a ello se dedicará con pasión de chiquilla enamorada. La memoria de la luz es la cautivadora biografía de una joven moderna e independiente de la era victoriana, narrada a través de un complejo entramado de capas tejido con pulso firme y elegante. Su universo es un conjunto de imágenes fijas, que un día, impresas en papel albuminado, dejará tras de sí como conmovedores recuerdos de una vida extraordinaria.