Los parámetros de la moda actual se establecen al originarse el ciclo moderno de su historia. Ilustración y romanticismo determinaron el carácter secular de la moda y su capacidad para fijar “identidades visuales” que expresaban un discurso individualizado del vestir. El desarrollo urbanístico e industrial, el comercio especializado y la aparición de la figura del modisto pusieron en marcha un competitivo sistema articulado por la confección en serie y la alta costura. Su dinámica creativa, inspirada por paradigmas estéticos, conseguirá formalizar el estilo del siglo XX con la precisión de las máquinas y la belleza de las líneas rectas. Un logro artístico que este libro explora en relación con las sensibilidades y los “mitos profesionales” que lo hicieron posible, los diseñadores Worth, Doucet, Poiret y Chanel.