En “Mis elegidos” Margarita Guzmán del Alberche nos relata episodios de su azarosa vida, en especial con algunos de los diversos amantes, sus elegidos. Los ambientes en los que se movió, años cincuenta y sesenta del pasado siglo, eran muy distintos a los de hoy, la mentalidad de la gente sobre todo.
Margarita es la segunda hija de una familia numerosa y campesina en tierras de Castilla, linderas a las de Salamanca. Como era natural, el objetivo de la prole no podía ser otro que la emigración. Así, a Margarita la envía su padre a la capital de la provincia a vivir con un tío suyo, hermano de su madre, que no tiene hijos y que trabaja de guarda de noche en la fábrica más importante, por lo menos en la más emblemática de la ciudad. Gracias a él, consigue entrar a trabajar de meritoria en la oficina, lo que le da pie para meter sus lindas naricitas en los entresijos de la empresa, en la que todo son agujeros negros y que ya va camino de la descomposición, esa circunstancia le da pie para ascender de manera espectacular. Hasta que Jorgito, el hijo del jefe, se enamora de ella y la deja embarazada. Margarita se ve forzada a marcharse de la empresa y a enfrentarse a solas con su difícil situación y con la vida. En Madrid, sin recursos, afrontará innumerables episodios con distintos resultados, recurriendo con mucha frecuencia a los mejores recursos de la vieja picaresca, acaso como autodefensa de la banalidad y el egoísmo de la mayoría de los personajes a los que se enfrenta.