En Noches en el circo, Carter ha inventado una nueva voz ronca para Fevvers, la heroína, que nos devuelve al rico mundo del fin del siglo XIX y las variedades humanas y animales de entonces...Fevvers, la favorita de las capitales europeas, cortejada por príncipes, pintada por Toulouse Lautrec, la más grande del siglo. Fevvers: dando un perezoso salto mortal entre el siglo diecinueve y el veinte, entre los viejos sueños y los nuevos comienzos, ayudada por un par de alas que no pueden ser reales, pero lo son. Fevvers: la Venus del arrabal, un metro noventa en medias. Obsesionado con Fevvers, constantemente acosado por la bruja anarquista que viste y cuida de la joven, un inocente y apuesto periodista, Jack Walser, emprende un viaje que lo lleva de Londres a Siberia vía San Petersburgo, lo saca de sus certezas masculinas, y lo mete en un mundo de alegría y peligro, el mundo circense del coronel Kearney en el que la vida es "el juego lúdico".