El protagonista echa recuerdos a la olla, sus colegas los aliñan y Juan Puchades remueve el guiso: con esos ingredientes se ha cocinado una biografía íntima de la rumba catalana, ese rincón inesperado y a veces furtivo de la cultura contemporánea. Porque la vida de Peret y la historia de la música que un día se sacó de la manga son inseparables. Porque esa música ya universal, ese ritmo que a tantos ha cautivado y que no pocos han querido recrear con más o menos fortuna, lleva la impronta (difícilmente imitable) de su creador por derecho intransferible. Porque, más allá de los tópicos, ese creador ha explorado a fondo las posibilidades del género, se ha adelantado siempre a los movimientos o las movidas que irían jalonando el camino por él ya recorrido. Porque estamos hablando de un experimento sin apenas equivalentes en la música popular española, de un sujeto comparable a quienes plantaron las semillas del rock, el soul o la salsa. Porque, al fin y al cabo, Peret sigue ahí, innovado sin descanso, y sólo mira atrás con el rabillo del ojo para sonreír ante la misión cumplida o para ofrecernos el impagable regalo de su memoria. Aquí se narra su vida, se estudia su obra, se comenta su discografía, se cuentan anécdotas, se cuecen habas, se sueltan gatos encerrados y se viaja por los últimos cincuenta años de nuestra vida. Ni más ni menos.