Pertenece a la colección "La Matemática en sus Personajes", que recorre la evolución de las matemáticas, desde Pitágoras hasta Alan Turing. Cada libro está dedicado a uno o más matemáticos notables. Este volumen el el noveno de la colección, pero su protagonista es el más primero cronológicamente. Para Pitágoras todo es número. No quiere decir con ello que todo elemento material sea cuantificable, sino que todo estaba compuesto literalmente de números, como si que todo elemento de la naturaleza, y sus relaciones con otros elementos, son esencialmente números. El objetivo de la secta pitagórica era elevar el alma hasta la perfección, la virtud, hasta Dios, fundamentalmente a través del estudio de cuatro campos: geometría, aritmética, música y astronomía, puesto que cuanto más en profundidad se conocen, más evidente es la presencia del número en todo cuanto nos rodea. El pitagorismo es el inductor de una parte considerable de los elementos culturales que han ido conformando la tradición del pensamiento occidental. No fueron los pitagóricos la primera sociedad en manejar conceptos numéricos o entidades geométricas, pero es a partir de su actividad cultural y filosófica que surge el "milagro griego": el estudio matemático no motivado por una aplicación práctica inmediata y, sobre todo, la autoexigencia de una demostración lógica.