La semejanza de los monos antropomorfos con el hombre es -como por justificar su nombre- verdaderamente impresionante: una arquitectura cercanísima a la nuestra, casi indistinguible bioquímicamente, muy semejante en lo tisular y en la morfología fina, que sólo diverge en unas cuantas particularidades anatómicas gruesas (la dentición, la postura incompletamente erecta, la oponibilidad incompleta del pulgar, el escaso desarrollo de los músculos faciales, el menor volumen de la caja craneana), a lo que se añade, desde luego, el irremediable cariz de su vida, que sólo muy limitadamente puede compartir la nuestra. Partiendo de disciplinas diversas, de la ontología a la lingüística, se ha querido abrir una sima conceptualmente insalvable que separase los prehomínidos del hombre y, paralelamente, estableciese una completa o casi completa independencia entre los procesos cognoscitivos superiores generales y la aptitud para el habla, pero toda una serie de investigaciones, iniciadas hace unos diez años, ha permitido atacar experimentalmente la cuestión de si es posible inducir a los simios superiores al empleo de algún lenguaje de tipo humano, siquiera sea bastante simplificado. La presente compilación recoge los primeros y fundamentales estudios en este campo, así como algunos otros posteriores, que los han completado y perfilado, todos ellos se examinan desde una perspectiva general en el prólogo, en donde asimismo encontrará el lector noticia de los resultados más recientes obtenidos y una abundante bibliografía sobre el tema.