Te daré la luna, de María Rosa Fernández, nos cuenta una historia tan real como la misma vida. La historia de una mujer, María, cuyo sufrimiento, como antes su amor, se condensa en la intimidad de un diario en el que se desgrana el día a día del proceso de aislamiento de la protagonista: su violenta y cruel desconexión con el pasado, los amigos, la familia y hasta consigo misma. De las flores del amor en plenilunio, de una relación entre hombre y mujer como tantas, se desprende el aroma gastado del desamor, que conduce a la violencia de peor género: la violencia machista, que no disminuye a pesar de leyes y castigos. Te daré la luna es una metáfora elaborada en función de las fases lunares y es algo más. Es el (des)cuento de los príncipes azules que, al contrario de los bellos relatos de la literatura romántica, se convierten en ranas. Es una historia de nuestro tiempo, no muy distinto de otros tiempos, de otras vidas.