La desaparición de April Finnemore tuvo lugar en mitad de la noche, en algún momento después de las nueve, cuando habló por última vez con Theo Boone, y las tres y media de la madrugada, cuando la madre de April entró en su habitación y descubrió que no estaba.» ¿Dónde está April? Se ha esfumado sin coger ni siquiera lo imprescindible, apenas algo de abrigo, hasta el portátil sigue ahí, y eso hace pensar en una salida apresurada. Pero la puerta de su casa no ha sido forzada, así que es más que probable que conociera a quien se la ha llevado. Los habitantes de Strattenburg creen que la niña ha sido secuestrada, y esa sospecha se torna casi convencimiento cuando son informados de que por la ciudad ronda el fugado Jack Leeper, diez condenas a sus espaldas y primo lejano de April. Y también la policía cree que ha tenido algo que ver, de hecho, es su única línea de investigación, y aunque al poco se hallan en un callejón sin salida, no se deciden a abandonarla. Los padres de Theo, los abogados Woods y Marcella Boone, son partidarios de dejar trabajar a los investigadores. Pero él no está tranquilo, quizá porque es quien mejor conoce a April y no había detectado ningún signo de alarma, tal vez porque sabe que la situación familiar de su amiga es terrible. Así las cosas, Theo opta por encomendarse al instinto de su tío Ike, quien cree que la policía se equivoca al no investigar al padre de la chica, y se anima a intentarlo por su cuenta. Ante la parálisis de los cuerpos de seguridad, él asume la responsabilidad de averiguar qué ha pasado. Lectura recomendada de 9 a 14 años.