Tres mujeres protagonistas viven juntas en las afueras de Londres en un barrio de clase obrera: Karen, una madre soltera, que cuida de su madre, Yaya, y su hija Charlotte que se ha quedado embarazada. Charlotte decide no contárselo a su madre, además, el chico que la dejó embarazada se desentiende por completo. Otra trama que transcurre en paralelo en la novela es que Karen se entera de que Yaya no es su madre biológica; a partir de ese momento intenta averiguar la identidad de su verdadera madre. Por otro lado Yaya, se da cuenta de que su nieta está embarazada e intenta brindarle su apoyo y convencerla de tener el hijo, lo mismo que hizo con Karen 18 años atrás. Charlotte engorda y un día Karen descubre el embarazo y se enfada muchísimo porque tenía otros sueños y esperanzas para su hija. Aún así Charlotte decide tener el bebé. En medio de esta crisis familiar, Karen descubre quien es su madre biológica, una mujer encarcelada por homicidio. A pesar de esta noticia desea conocerla y descubre que es, odiosa y cruel y que no demuestra ningún amor por su hija. Mientras tanto, Charlotte sigue adelante con el embarazo, todo el mundo, excepto su madre, son más comprensivos de lo que esperaba: Su propio padre, del que su madre está divorciado, aparece en escena e intenta convencer al padre del bebé de su responsabilidad, pero la cosa acaba en pelea. Cuando nace el bebé, se inicia una nueva era de acercamiento entre todos: Karen ve que su hija le necesita más que nunca y está a su lado, al mismo tiempo, recuerda la primera infancia de Charlotte y le pide perdón por haber sido una madre tan imperfecta. Entre todos cuidan al pequeño Will, hasta que al poco tiempo Yaya tiene un derrame cerebral, pero su nieto le da nueva energía para seguir viviendo. Así el nacimiento del pequeño une a las tres mujeres de una forma muy sólida. Cuando por fin encuentran unos bonos de gran valor, deciden ingresar a Yaya en una residencia donde saben que estará muy bien atendida y cada una sigue adelante.