..diferente, intenso, bello, inter-disciplinar, hondo y ligero a la vez, primorosamente escrito, en el que el autor, el catedrático y escritor José L. Rozalén Medina, con ese toque suyo humanista y educador tan peculiar, con esa fibra antropológica y poética tan arraigada en él, describe y narra, cuenta y comenta con otro acento, con otra cadencia, con otro sabor, con otro color… sus experiencias y vivencias por esos mundos de Dios. En todos mis viajes, nos dice el profesor Rozalén, he procurado “saber mirar”, “saber contemplar” pueblos y senderos, calles solitarias o atestadas de gente, anchos cielos sin mácula en donde el silencio interpreta sinfonías de estrellas, la cara platinosa de la luna que riela sobre la espuma del mar, el cantar de una fuente en una plazuela medio abandonada, la plegaria de un órgano en una iglesia barroca, el milagro del sol naciente que “calienta por igual a justos y pecadores”, el toque lejano de una campana en una vetusta espadaña románica…