Vicus Albus, procedente del latín “La Ciudad Blanca”, fue el nombre que denominó a Vicálvaro en sus más ancestros orígenes, uno de los barrios más nobles y con más solera de Madrid. En esta obra se vuelve a recrear esta época, plasmando el ambiente y los detalles de un pueblo gobernado por unos personajes que encabezan las instituciones más representativas de ese período. Vicus Albus rememora un escenario habitado por campesinos y gente noble e indefensa, dominada por una serie de personalidades, como el cura, el alcalde, el marqués o la guardia civil, capaces de mantener a salvo el prestigio de su status a cualquier precio… En este pequeño pueblo se desencadena la desaparición y asesinato de una joven, un hecho que conmociona a sus vecinos. Los culpables no deben ser descubiertos. El prestigio de toda una institución está en peligro y el azar complica a un muchacho que, por su aparente situación indefensa, se convierte en presa de horca para aquellos a quienes no conviene que se descubra la verdad. Sin embargo, el acusado no está tan desamparado: contará con la ayuda de grandes amigos. El autor ha desarrollado un excelente trabajo narrativo caracterizado por la fuerza en la redacción y unas descripciones de suma calidad, tanto del entorno como de los personajes. El comportamiento y caracterización de los protagonistas juegan un papel fundamental en la historia aportando realismo e ímpetu al texto. La trama del libro conjuga una historia con tensión e intriga crecientes de principio a fin. La fluidez y el ritmo de la narración en Vicus Albus, así como su estructura poco corriente, consiguen atrapar al lector desde el primer momento.