Desde sus orígines en la cultura del Graffiti tradicional este artísta británico evolucionó hacia el uso de diferentes técnicas como los pósters, las instalaciones o acciones y sobre todo las plantillas. Y no estamos hablando de un recién llegado sino de un verdadero veterano que ha llevado su arte a las calles de ciudades de medio mundo con una maestría técnica, capacidad de riesgo y de poner el dedo en la llaga sin igual. Todo ello sin desvelar su identidad y sin explotar comercialmente mediante camisetas, muñecos, etc su trabajo y la fama conseguida (que tampoco tendría por qué ser nada criticable). Su trabajo no se centra en un icono o unos elementos gráficos repetidos aquí y allá pero al mismo tiempo es fácilmente reconocible tanto por su forma como por su contenido. Sus acciones transmiten en todas y cada una de las ocasiones una especial mezcla de crítica e ironía inteligentes y cáusticas muy poco habituales. Especial repercusión han tenido sus ya célebres y múltiples acciones en museos instalando en los mismos elementos que llevaba preparados y que en ocasiones han permanecido en las paredes de la sala durante varios días o semanas. No menos sorprendente resulta su uso de plantillas sobre vacas en el campo o en animales dentro de zoos o también sus alteraciones de elementos urbanos como los pasos de cebra o los conos que se usan para redirigir el tráfico durante las obras.