De igual manera que hay gente redonda, curvilínea u oblonga, hay, por lo visto, chicos en triángulo y, por qué no, chicos zigzag. Nono es uno de ellos y, cuando cumple trece años, edad de transición y difícil donde las haya, su padre, Jacob, que es policía, y Gabi, amiga de éste y que ha cuidado a Nono como si fuera su madre, le mandan a Haifa a visitar a su tío, un prestigioso pedagogo, para que éste le adoctrine. Pero en el tren Nono es secuestrado por Felix Glick, un famoso estafador que le hará vivir las experiencias más disparatadas y divertidas, muy distintas de las que le tenía reservadas su padre. Durante este fantástico viaje, Nono descubrirá un aspecto de su propia personalidad que desconocía -el espíritu rebelde- y Felix le revelará la verdadera historia de su madre, que murió cuando él aún no había cumplido un año, y la peculiar relación que tuvo con Jacob.