Casandra es una joven psiquiatra que lleva una vida relativamente feliz junto a su marido Daniel, inspector de policía, y su hijo Martín, de cinco años. Tras un terrible accidente de coche, Casandra queda en coma. Pese a no tener muchas esperanzas de salvación, a las pocas semanas se recupera milagrosamente y sin secuelas… Pero Casandra descubre con terror que sí le ha quedado algo tan tremendo que no puede compartir con nadie: debe intentar convivir con la inquietante habilidad de ver auras sobre las personas que la rodean. Poco a poco descubre que hay ciertas personas cuya aura es oscura, aterradora y que siempre están presentes cuando suceden muertes, bien sea por accidente, por catástrofe o, en algunos casos, por crímenes.
Un día Casandra ve a uno de estos seres Oscuros junto a la puerta de su casa…, un ser que ha venido a por su marido o su hijo. Su reacción no se hace esperar y mata a este individuo. Desesperada, decide ocultar el cadáver y crear pistas falsas sobre un supuesto asesino en serie. No será el único crimen que cometa, pues los Oscuros aprietan el cerco sobre ella y su familia. La policía inicia un dispositivo, con su marido al frente, para descubrir al asesino. Comienza así una carrera contrarreloj en la que a Casandra la buscan la policía y los seres Oscuros. Al final, Casandra descubrirá que esa espiral de crímenes se está cobrando un peligroso precio sobre ella, un precio que quizás no pueda pagar.