Beirut, 2006. Carrie Mathison, jefa de operaciones de la CIA, consigue escapar de una emboscada mientras intenta quedar clandestinamente con un nuevo contacto, conocido como Ruiseñor. Convencida de que alguien la ha traicionado y ha comprometido la seguridad de la operación, se enfrenta al jefe de delegación y consigue ser reenviada a la base de Langley, en Estados Unidos.
Experta en reconocer y anticipar patrones de conducta —una habilidad adquirida en parte a causa de un desorden bipolar que padece y que mantiene en secreto—, Carrie está convencida de que se ha puesto en marcha un ataque terrorista a gran escala. Por ello lleva a cabo un acto de insubordinación que la pone en riesgo, pero que la ayuda a descubrir pruebas de una conexión entre Ruiseñor y Abu Nazir, el líder de al-Qaeda en Iraq. Decidida a frenar al terrorista, se embarca en una carrera obsesiva que podría acabar con su vida.