Tras siglos de declararse profundamente católica, la España democrática aparece dividida en dos grandes sectores: aquel que se define como «progresista», compuesto por agnósticos, ateos y no practicantes que, sin embargo, siguen recurriendo a la Iglesia para bautismos, comuniones y bodas; y otro «tradicional», integrado por practicantes comprometidos con sus creencias religiosas. En un tiempo en que la apertura del país a la inmigración hace necesaria la convivencia con otras religiones; un momento en el que el Estado se declara aconfesional y propone una reforma educativa que prescinde de la religión como asignatura, o promulga leyes favorables hacia los matrimonios entre homosexuales que algunos sectores sociales consideran un atentado contra la familia, Amando de Miguel, con su prosa amena e incisiva, hace un alto en el camino y reflexiona sobre la relación actual de los españoles con la religión: ¿Qué papel juega la religión en nuestras vidas? ¿Es más que una tradición cultural? ¿Somos, realmente, tan progres como pensamos?... ¿O tan conservadores? Preguntas necesarias para comprender el papel actual —y futuro— de la religión en la vida de los españoles.