Ágata tiene veintiséis años, vive en un piso de alquiler en Barcelona y trabaja como diseñadora gráfica. Lleva una vida muy normal, hasta que un día se cae por la escalera y se rompe una pierna. Por culpa de este accidente, pierde su trabajo, y su familia le aconseja que aproveche la situación para redirigir su carrera profesional. Su hermano mayor, Guillermo, recurre a su mejor amigo, Gabriel, y le pide si puede conseguir trabajo para Ágata en la revista para la que trabaja en Londres. Gabriel de pequeño vivió en España, y hasta que sus padres se divorciaron pasaba todos los veranos en casa de Guillermo. Un vez recuperada, Ágata se traslada a Londres, donde pasará seis meses trabajando en el departamento de diseño de la revista de la que Gabriel es redactor jefe. El problema es que durante este tiempo vivirá en el apartamento de Gabriel, y ella todavía recuerda lo nerviosa que se ponía delante de él cuando no era más que una niña. Ambos se dan cuenta de que trece años después, las cosas no han cambiado entre ellos. Para ella nunca ha habido nadie como Gabriel, el chico que la besó por primera vez. Para él nunca ha habido nadie como Ágata, la única chica capaz de llegarle al alma… No obstante, Gabriel no confía en el amor y Ágata no está dispuesta a conformarse con menos.