Cuando parece que ya no hay solución, que todo lo que nos parece vomitivo campa a su libre albedrío, el mundo insufla su último aliento, y vierte la hiel de la cual habrá de brotar un anti-héroe capaz de lo mejor y de lo peor. Pues solo quien nace de la hiel del mundo está preparado para cometer el crimen más cruento, ese tan pavoroso que incluso su propio reflejo es suficiente para hacer que la sociedad se replantee su destino. Y dado que chocar contra los cimientos de la sociedad actual nunca es fácil, asusta pensar en la cantidad de rivales a los que ha de enfrentarse nuestro protagonista. Rivales como la pérdida de valores, la cosificación de la ciudadanía o el “todo vale”.