Considerado uno de los textos fundamentales de la literatura de este siglo, Pálido caballo, pálido jinete recoge tres relatos de Katherine Anne Porter que consiguen, traspasando el velo de lo efímero, revelarnos el engranaje de las emociones desde una implacable disección de la pasión, de la existencia y de la muerte... «La antigua condición mortal» es el retrato, a partir de tres evocaciones distintas, de Amy, tía de Miranda — alter ego de la escritora—, que había sido «bella amada, desdichada y había muerto muy joven». El relato que da título al libro nos presenta una Miranda de veinticuatro años que trabaja como reportera en la ciudad, e intenta vivir un apasionado idilio de espaldas a la Primera Guerra Mundial. Pero su relación se verá enturbiada por una enfebrecida sucesión de imágenes irreales y presagios... Y entre las dos narraciones del ciclo de Miranda, sitúa K. A. Porter «El vino del mediodía», un relato ambientado en el sur de Texas, que describe el trágico destino de un granjero, inexorablemente abocado a matar a un desconocido, e incapaz de conseguir de su entorno —primitivo e insolidario— ni de su familia, el apoyo para redimirse. Sirviéndose de una estructura tan perfecta como imperceptible, K. A. Porter se adentra en el interior de las cosas para reparar en los pequeños detalles y sugerencias, medir la densidad de los silencios o detenerse en un adjetivo que produce el efecto de un breve escalofrío. Desde el reencuentro con la memoria familiar y con los legendarios conceptos que aún perduran. Pálido caballo, pálido jinete convierte el mito en un tipo de realidad, a un tiempo severa mágica y universal.