Agosto, 1885. Aix-en-Provence. El cuerpo de una hermosa mujer yace en el suelo de una cantera calcinada por el sol. A su lado, enredado en una rama espinosa, el fragmento trémulo de un lienzo. ¿Será Cézanne el asesino de Solange Vernet? El investigador novicio, el magistrado Bernard Martin, sólo cuenta con dos semanas para probar que el asesino es, o bien el artista, cuyo amor por Vernet es obsesivo, o su amante, Charles Westerbury, un geólogo inglés con un turbio pasado. Para llevar a juicio a Cézanne o al científico darwinista, Martin debe hacer frente a los fantasmas de su pasado a la vez que pugna por entender los motivos que propiciaron el violento final de Solange Vernet. ¿Fue el fatal estrangulamiento un crimen pasional? ¿O murió por atreverse a apartarse de los límites tradicionales sujetos a la condición de ser mujer? Las primeras obras de Paul Cézanne ofrecen indicios cruciales para la resolución del crimen.